lunes, 29 de marzo de 2010

La Manzana

La manzana que cruje
En un pequeño rincón
De la casa,
Se esconde de mí
Con su profecía
De dieciséis partes.
Yo nunca sabré
Si el hambre es lenta
U si su color
Tiene un nombre.
Sobre la mesa
Se sienta tranquilísima
Esperando un sonido
Que se parezca
A las hojas del viento
Tambaleantes
Para esperar cuando caiga.
Creo suponer
Que dentro de su orificio mayor
Un miedo cercano
Se mezclara con la tierra
Para extender sus brazos,
Un día donde
Ya ni siquiera me acordare de ella.

viernes, 19 de marzo de 2010

Letania.

Mi corazón
Es una maquina que cruje
Hacia delante
Y hacia atrás.

Mi pecho
Conjunción de otras voces
Es una lágrima
Que no estanca.

Mis ojos
Desde hace unos días
Son cuatro.

Mi voz
Un hoyo en la pared.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Corte transversal de una naranja.

La calidad de este espécimen
Flanquea la realidad
Vuela lejos
Espera sentado
Que el silencio reviente.
Renueva sus votos
Sobre el tercio superior
De su pecho,
Camina lejos
Y besa su última casa.
Nunca supo
Dejar de cantar la misma canción,
Pero este espécimen
Acostumbra cambiar de piel
De terciopelo quebrado y alisado
A líneas que no tiemblan.
Tiene dos manos
Un solo bolsillo
Y los mismos pasos
Para poder perderse
Al voltear la esquina.
Una vez le rompieron
La única palabra lucida
De la cual se sostenía,
Entonces cayó
Volvió a ser la misma raíz
Y regreso.
Este espécimen
Acaba de cambiar en el último minuto
Al par de mis agujetas
Viaja
Al par de mis ojos
Me observa.

lunes, 15 de marzo de 2010

Cancion de cuna

Purpura: es cierto que aun me escuchas…
Camelies: si es cierto, pero tu voz se oye muy baja y la verdad es que los colores de este lugar ya no me aturden.
Purpura: me siento raro sabes.
Camelies: raro, por que?
Purpura: por que aun veo tu silueta sentada en la banca del jardín, como esperando que llueva. Por que ya no estas y aun te extraño.
Camelies: aun me extrañas. Pero si hace mucho que desaparecí volando.
Purpura: si lo se. Recuerdo ese día, casi muero.
Camelies: no cambias, siempre fuiste muy trágico. A lo mucho en las cosas de la vida, a uno solo se le pueden quebrar los dedos, no más, luego todo pasa.
Purpura: aun te gusta caminar por la arena, a la orilla del mar…
Camelies: no, ya no. Esas cosas se les dejan a los que solo se dedican a soñar.
Purpura: y la lluvia. Aun te gusta el agua pequeñita, como solía llamarle.
Camelies: no, tampoco.
Purpura: alguna vez me quisiste…
Camelies: por que lo preguntas
Purpura: no se, quizás sea por que aun recuerdo tus manos y tu sonrisa que nunca supo escapar.
Camelies: escapar de que?
Purpura: escapar del sonido que hacia mi corazón, cuando una pena me ahogaba la garganta.
Camelies: bueno, si te quise. Eres un buen tipo, pero sobre todo eres sincero en esas cosas del corazón.
Purpura: gracias.
Camelies: no tienes por que. Aun sigues de poeta, joven saltamontes.
Purpura: si aun. Acabo de comprar una computadora sabes, estoy escribiendo mi primera novela, y ya publique un poemario. Seré escritor y poeta.
Camelies: pero si ya lo eres. Eres un poeta, con todas las de la ley, y uno muy bueno, de los pocos.
Purpura: por que no te quedas esta noche. Acompáñame si, no me dejes solo. Tus palabras siempre me hicieron mucho bien.
Camelies: pero si nunca estuve aquí. Yo estoy donde el invierno crece para alimentar cientos de luces. Estoy lejos de cualquier fantasía tuya, lejos de tu casa de cartón y de tu humilde convicción de caracol.


domingo, 14 de marzo de 2010

Melodias

Canta el avestruz
Al pie del cementerio binario
Recostado y alineado
Recubierto de sus formas redondas
Para atardecer más temprano
Cuando las nubes caigan
O cuando el hambre lo llame.
Canta el perro ladrador
Husmea en los hoyos del prado
En busca del centinela morado
Al que la mirada se le oscureció
Hace más de una semana.
Canta mi gato
Para que no me olvide de él
Sufriendo el paso del agua
Que no sabe más que correr por las tuberías.
Canto yo
Desde mi convicción de humilde caracol
La materia bizca
Que aprendió a no retroceder
La materia que canta
Y espera mientras otros solo ven.

sábado, 13 de marzo de 2010

Ala de luz ( baja, muy baja...)

La casa esta vacía
No hay gato de ruedas
Que asome la cabeza
Para quebrarse desde el centro
Estrepitosamente sobre la sala.
La ventana huyo
Se esparció cantando en francés
Frases hechas de ceniza
Que llegaron a alcanzarme
Más atrás del cuadro de sirenas.
Aquí, este punto inmóvil
Al centro de la casa
Rodea todos mis libros
Y el punto fijo donde me quiebro.
Calmados todo los ausentes
Que bajo el tapete
Se recubre ligeramente mi saliva
Por que no hay fantasma
Que no sepa reconocer el cielo
ni el pasado oculto de la palabra calma.

lunes, 8 de marzo de 2010

domingo, 7 de marzo de 2010

Las lineas de mi casa.

Estoy contento de mi pierna malherida
Por que un candelabro ceniciento
Se adelanta a la mesa, y catalando espera.
Este cuerpo se resuelve en el infinito
Sobre la humedad
Sobre su peso en frío
Con una lágrima y un rosal.
Para caminar me basta no ver,
Por que tengo el corazón de un caballito de mar
Que se estanca
Y que aprendió a caminar al revés.
Como provenientes de una causa noble
Estas manos viven muy lejos de mis pies
De la casa aturdida
El espejismo sentenciado
De los tres panes de bolsillo
Mas a la izquierda, debajo de la línea.
Aun puedo quebrarme
Sino, pregúntale a la realidad,
Que sonríe para enseñarme
De que color se viste la casualidad.
Se que aun hay espacio para soñar
Para regresar
Dos pasos hacia el costado del mismo río
Acompañado de una luz
Que se parezca a la de esta bombilla.

martes, 2 de marzo de 2010

Una canción senil

Hay cosas que inspiran. Desde luego, ciertas cosas encierran un lenguaje propio, que sabe enredarse las piernas para caer tendido estrepitosamente frente de mí. A mi me suceden muchas cosas, hoy por ejemplo llovió mucho en muy poco rato, cosa que no es nada del otro mundo, sino fuera por que después de la lluvia, ya en la noche vi a un tipo caminando con muchos paraguas en los brazos, que de seguro se disponía a vender en plena lluvia, cosa que hubiera sido un buen negocio, sino fuera por que la lluvia no duro lo suficiente como para que su dura empresa rindiera buenos frutos. Ese tipo de cosas me suceden a menudo, por ejemplo, una vez vi a una niña de seis años en medio de una calle muy transitada del centro de la ciudad, y lo distinto fue que la niña estaba sentadita, rodeada de muchísimos juguetes justo en el centro de la calle. Me acerque a ella, extrañado de verla solita allí y le pregunte si la habían dejado sola, y ella solo atino a señalar hacia la otra calle, diciéndome que su mama estaba por allí. Después de eso me di media vuelta para seguir caminando, mientras pensaba en por que la luna era redonda. Es por ese tipo de cosas que los días transcurren encerrados en un espacio lleno de espasmos, tranquilos como la ultima canción que se diluye en la mar, reposada y tranquila, adherida a mi, para no caer, para poder sentir.

lunes, 1 de marzo de 2010

EL BUHO

Hay un viejo búho que duerme en el árbol de la esquina. Y duerme allí por que es lo que yo creo. Siempre he creído que los búhos son criaturas sabias que tratan de conjugar sus ladridos con un tiempo obtuso que no les pertenece, para seguir con los ojos juntos, uno seguido del otro. Debo confesar, que les temo, pero más aun les respeto. Me da la impresión de que si por un descuido me quedara viendo fijamente a uno de ellos a los ojos, este saltaría de su rama y de un zarpazo me arrancaría los míos. Si pudiera evitarlos, lo haría, pero no me es posible, ya que de vez en cuando sueño con ellos, como un sueño repetido que cuenta distintos episodios de una misma historia, algo parecido a los otros dos sueños constantes: el de caminar descalzo, y el de haber repetido el colegio, cosa que a veces creo.