domingo, 18 de julio de 2010

Hiedra.

El corazón idiota de un alfiler
Se canso de andar de puntitas
tres tres
va volteando la esquina,
en la esquina
mil parpados legañosos le pesan
y en este sendero
es casi seguro
que un día se sacara la mierda.
tres tres
va saltando el corazón idiota,
tragando su segunda saliva
para llegar hasta la esquina.
tres tres
va tropezando y cayendo,
tres tres
descansa sobre una piedra llamada hiedra.

Atandome las agujetas...


Se que no soy un hombre muy sociable, ni el mas carismático del mundo, pero trato de hacer mi mejor esfuerzo. Se bien quien soy, y hacia donde estoy yendo, aunque a veces me quiebre y no desee mas que esconderme debajo de mi cama. Tengo muchos motivos para no ser quien soy, pero nadie puede cambiar lo que ya se escribió, por eso es ya no intento ser parte del resto, de todo. Aprendí a no llorar, y a olvidar la última vez que lo hice, sin embargo, se que me esperan muchos motivos mas para humedecerme los ojos. De algo estoy seguro, de darle gracias a Dios por dejarme hacer cosas que imagine muy lejanas, cosas que solo soñaba, por ello, es que me di cuenta de que mis pasos si saben avanzar, y procuro que no aprendan a retroceder. Recuerdo que alguna vez te conocí, recuerdo también que aun te extraño, a ti y a tus palabras calidas. Se que ya no debo; por lógica se debe pensar que lo que te dejo atrás, es de obligación natural olvidar. Ahora se que nunca lo intente de verdad, nunca me lo propuse a conciencia. Siempre estuviste en las manos de alguien más, en los labios de alguien más. Esta vez quiero creer que será distinto, y lo será, por que esta vez soy yo el que dará el primer paso. No me conoce, no cruzamos palabra alguna todavía, y aun así, se que la conquistare. Ella es muy linda y tiene unos ojos grandes y hermosos, como la imagen del sol en un atardecer. Se que aprenderá a quererme, como yo la querré a ella…

sábado, 3 de julio de 2010

Ese Cascabel.

Hay sonidos que no son sonido
como la voz de una caracola
Que solo sabe hablar del mar.

Hay otros sonidos
Que provienen de uno mismo,
Y que solo sirven
Para darnos tonalidad de maniquí,
De piedra que se ondula.

De estas cosas
Solo saben las mariposas morpho,
Que viven centelleando
La casa de los vientos,
En las mañanas verdes del prado.

Hay también
Otros sonidos doblemente tristes,
Con silencio de lámpara
Y mirada de labriego,
De los que nadie escribe.

Cada sonido se divide en dos:
Vertical y horizontal,
En cada uno, una función establece
Con derecho propio sus lineamientos.

Escribiré de dos sonidos
Relativamente curvos, que se cruzan,
Esta teoría deviene del caos,
De la conjunción de mis dedos.

En realidad los sonidos
Solo sirven para contar,
para olvidar
y regresar.