viernes, 6 de abril de 2012

Pide Un Deseo.


Imagínate una luz, y dentro de esa luz: un deseo. Entonces, esta luz recorrerá tu alma y viajara almidonada de cuanta verdad se pueda acomodar en ella. Mas que un sueño, un verde dulzor en tu memoria ira cuajando poco a poco y crepitara lejos, mas lejos de tu propia necesidad. Solo sonríe y enmarca cada una de tus razones en un delicado trasto de versos, como este. No necesitas muchas verdades para que aquella luz encuentre su camino y se deslice lentamente por dentro de tu piel. El mundo siempre estará desprovisto de las condiciones necesarias para florecer. Busca un espacio, un silencio, o una verdad, para no perderte a solas. El invierno es constante, la luz también; dejemos las alegorías para después, para después de contar hasta uno, dos, u tres.  Sujeta bien  tu corazón y pide un deseo que conduzca aquella luz.