miércoles, 25 de noviembre de 2009

AZUL CADME

No hay mas felicidad que la que se encuentra en el ojo de una aguja. Espero que estos ojos no se ahoguen hasta el punto hacerse uno con el mar. No me falta nada, no quiero nada. Sino una cama donde no se pueda despertar hasta que ya sea tarde. Ya no puedo dormir, ni siquiera se donde esta derecho. La razón se ha fugado por donde palabras atadas a mil recuerdos huyeron. El tiempo me ha dejado solo y así es como de azul me hize gris.

domingo, 22 de noviembre de 2009

EL LOCO

En la bulliciosa ciudad en la que acostumbro descansar, un loco mira sin prisa que desde algún lugar del cielo, llueva también sin prisa, un pedazo de pan. Un trozo de miseria, en su rinconcito de cartón, bajo la lluvia y la ceniza que aparecen después de haberse manchado el pantalón. Recorre calles, sonriendo al mínimo sonido que produce las consonantes latas en las que guarda sus reservas de alimento. Yo lo pude haber conocido, pudo haberse llamado Juan o Pedro. Antes de ser lo que somos, fuimos otros, y quien sabe, él pudo haber sido músico de acordeón. La tierra se le ha juntado con los ojos, es como un sujeto propio de extraños, ya parece que ninguna mano pudiera rescatarlo de sus piojos y su otra piel, la que se le ha pegado a manera de sonidos sin espacio. Si te fijas bien, el ojo derecho ya casi se le cierra y las manos invadidas por sus uñas, fingieron de sus enemigas. Esta tarde lo vi, estaba sentado junto a un árbol, sonriendo por alguna razón que solo el sabe, así, ya ni siquiera se le puede conocer desde su humedad. Ni un pedazo de tiempo, colgado de ese mismo árbol, puede dar señales de quien pudo ser. Yo creo que algunas veces sueña con escapar de si mismo, despertar y alistarse para ir al trabajo. Si alguna vez, ya no esta, espero que dios lo guarde en su gloria.

jueves, 19 de noviembre de 2009

10:34 pm.

A partir de una burbuja, esta noche empezó a hacerse mas pequeña, de su parte estrecha a su luz más parecida a mí. Y escribo que la calle va enredándose y tropezando con mis pies, reduciendo el tiempo que antes apareció de un de repente al despertar. Y no sucumbo a las razones de pecho que también se parecen a una mancha de pared o a una escoba vieja, de una casa muy lejos. Para cambiar esto, basta mirarme de espaldas y cortar alguna razón pegada a la pared. Los días están pasando muy juntos, y se me pegan tanto que escuchan lo mismo que yo, palabras pequeñitas de bordes que aun no reconozco. Esto va tomando menos sombra que el espacio que ocupa mi lápiz, por eso le recordare a la señora de la esquina que Eugenio mañana ya no podrá ver.

domingo, 8 de noviembre de 2009

HISTORIAS PARA NO RECORDAR

Escribiré acerca de dos sonidos que se parecen,
De cuando en cuando, esperare sentado
Que una luz se haga amiga de un cirio,
Alguna mañana de abril.

Nunca una palabra se alejo tanto de mí,
Nunca mis manos de agua lloraron por mí.

Aquí, hay sitios que doblan la esquina,
Cosas que rompen un trozo de queso,
Mañanas que llegan de la mano de un río,
Casas en las que pocos viven.

La tarde se escurre en alguna ventana,
La mañana nos saluda con un par de palabras.

Me cuesta contarte historias de delfines,
Oír como se describe el color púrpura,
El color y el sonido que amarrados viven
De tiempos en los que el sudor
Nunca supo ser parte del mar.

Este es un lugar oculto en lo más alto de un vidrio,
Este es un corazón que va, y nunca vino.

jueves, 5 de noviembre de 2009

ENTRISTECEME LA MIRADA.

No se me humedecen los ojos por puro gusto. Si quieres escuchar alguna vez un sonido que diste de todos los tuyos, cierra los ojos y veme. Atrás de esto, cuando todo caiga, yo estaré aquí para recordarle a un ciego, todo lo que pueda describirte desde mi humedad.
Ya mañana cuando sea martes, esperare sentado y recordare de donde provenían las palabras que nunca llegue a pronunciar.
Hace tiempo estoy triste, y aquí dentro me espera un silencio que no deja de andar. La vida va dando pasos entrecortados, sobre todo en las mañana, al despertar. Los días también viajan tristes, al recordar.
Ya van siendo muchos días que viven envueltas en una manzana marrón. Espero que cuando todo esto pase y tenga los ojos más secos que una almendra, mis manos me lleven lo más lejos del mar.
A pesar de todo, espero que estés bien. Yo marchando como soldado de la real fuerza de la escoba, viéndote desde espacios cuadriculados te saludare, y no podré desear mayor cosa que en tu ventana un duende se estanque y que verde u azul, viva feliz.
Aquí, todo esta cambiando, ya no soy el mismo trozo de sal en el que alguna vez me vi, ya no. Recuérdame si, si alguna vez me vestí de colores y cante, fue por hacerte feliz.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Dedicado a la señora Almohada

Entristéceme las mil razones y uno,
Desde luego que antes de empezar estaré aquí
Cerrando los ojos y oscurecido
Y así no habrá mejor palabra
Que cualquier persona pueda repetir,
Ni la más triste, ni la más tierna manchita azul.

Prometo que esta noche no lloverá,
No habrá mas razones para tropezar,
La mañana se escapa continua al escuchar
Que dos mas dos, ya no va,
Y ahora si, las palabras se pueden encontrar.

Puedes intentarlo, sujétame desde arriba del cuello
Y te haré prometer con lágrimas sujetándose de tus ojos,
Que caeré, y arrullándote en mis pulmones,
Te escucharé como quien no ve.

Las razones son sencillas
Una en la pared, dos en mis pies,
Tu espacio y tu mano tendidas en un cordel.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Airport Jorge Chavez ( lima, 30 de octubre y de madrugada )

Son las cuatro con treinta de una noche temprana. No se como llegue aquí, pero aquí estoy, en el aeropuerto, esperando que seas las seis para regresar a Trujillo. Ya de mañana podré descansar, por que aunque tenga el cuerpo agotado, no puedo pegar los ojos y nada mejor que ocupar el tiempo llenando el estomago. Acabo de tomarme un litro de esa gaseosa amarilla que ya no es peruana y una pizza con bastantisimo queso, como me gusta, de un señor llamado Jones. Es bueno salirse de la rutina, no si lees esto, pero te diré, que esta vez deseo mi cama mas que cualquier cosa u por lo menos poder recostarme tirado en algún lado, y aquí no se puede, porque correría el riesgo de que me digan loco, y desde luego, no pienso levantar sospechas. He caminando de un lado a otro, de arriba abajo y de aquí para allá, haciendo tiempo, veinte veces al baño, gracias a la gaseosa amarilla y otras tantas, solo para refrescarme. Espero que pronto amanezca u por lo menos que me digan que ya me puedo ir, supongo que pido mucho. El tiempo es así, camina por si solo y esta vez como jugando, desde que estoy aquí, ya he caminado mas de ocho horas. Aquí sentado ya sin fijarme paso otra media hora, si alguien detiene el tiempo u congela a todos como estatuas, que espero que no suceda, mas rápido de lo que pienso estaré en casa, aburrido, juntando los ojos con la tele, hasta que termine el domingo y regrese al trabajo. Bueno, así sucede a veces, creo que mejor me quedare por aquí andando y viendo lugares de los que aun no escrito. Ya son cinco y cincuenta y hasta aquí nada mas me queda escribir, por que ya escuche que por allí, un tipo me dijo tiempo.