domingo, 27 de diciembre de 2009

MARIA PAOLA VARGAS ORTIZ


Acababa de morir, de sonreír por última vez. Hay momentos en la vida donde las líneas que unen nuestro cuerpo, se desbaratan, huyen, así por así. Reconozco que así es la vida, pero como poder entender que lo que mas se quiere, se puede ir, para ya no regresar mas, dejando a veces, palabras flotando en el aire. Maria Paola se fue, dejo a sus padres, a sus amigos, me dejo a mí, que ya no podré conocerla. Hay quienes la lloran, quienes se envuelven en la pena de ya no tenerla a lado, estoy también yo, que la extraño sin haberla conocido. Te quitaron la vida, te la arrancaron, sin ni siquiera pensar en ese gran corazón que llevabas en el pecho. Mil veces maldito, quien hizo que cerraras los ojos a todos los colores, mil veces maldita su inconciencia, sus ganas entupidas de aparentar una falsa valentía. Pero Dios es justo y tú, ahora en cielo, sé que cuidaras de las personas que te quieren, como cuando eras niña y jugabas con tu polota, mientras tu mami te cuidaba. Hace un tiempo que quería escribirte esto, hace tiempo quería que sepas desde donde estés, que te quiero mucho y que hubiera querido conocerte. Ahora solo puedo decirte que deseo que estés bien, sonriendo, con tu carita tierna a los muchos corazones a los cuales les diste algún motivo.

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