miércoles, 10 de noviembre de 2010

MIENTRAS ESPERO MI CAFÉ...

Empiezo a palidecer
A contraerme
A ser esfinge
Sobre el retrato de un ciempiés,
Voy
De canto a lado
Desde este lado del corazón,
Aquí
Las luces entumecen
Y las palabras parecen de Cienaga
De imagen
De canción
De verso fulgurante
Como las cosas que ennoblecen
Tu razón,
Verso que levanta el vuelo
Para cantar desde arriba
Ocultos
Y sencillos misterios,
Que reposan pasada las doce
Mientras la brisa de la tarde
Oculta sus últimos pasos
Yendo
Hacia donde los cerezos,
Verdades a medias
Que olvidan y recuerdan.

lunes, 25 de octubre de 2010

(-----)

Sin embargo, murió al dar su primer paso, al descrubir que el mundo no seria lo que él esperaba. Los ojos, sus ojos, envejecieron de forma simetrica, cuando notó que en su costado, un brazo suyo era mas largo que el otro. Para cuando el viento empezo a rodar, una finisima lagrima lo acompaño en su llegada y en su huida. Simplemente se dejó caer bajo su espalda de tortuga sideral, con media pena y una historia de unicornios en el pecho. Las penas vienen desde mucho atras pensó, al pensar esto, un suspiro del tamaño de su omnubilado corazón arremetio contra él. Es producto de la tristeza que te envuelves entre otros colores y vuelas sobre tu faz. Algunos caen y otros simplemente aprenden a nadar.

TUS OJOS CENIZA

Hay un tipo como yo, mirando dentro de mi. Viste como yo, y toma la misma taza de café, que desdobla su forma para salir volando. Este sujeto habla en otro idioma, por que su silencio aleja, y al alejarse, te espera. Tiene en sus ojos, el momento preciso donde la noche tiende sus brazos, para cantar una cancion que describa lo mas profundo de su pecho. No le alcanzan los zapatos para alcanzarte, por que no sabe en que tiempo llegaras. Este tipo me nubla la mirada, y me cuenta historias de tus ojos ceniza antes de dormir. Te espera en algun instante de su vida, cayendo como lirio de formas delicadas, en un atardecer de acuarelas. Es sincero, como alguna vez lo fui yo; tiene mi corazon y tambien sabe de espacios indefinidos que se apoderan las cosas.

LA LLUVIA


Me gusta caminar bajo la lluvia, percibir por debajo el olor a humedad que despiden las cosas, y sobre todo, el expandir mis latidos de pecho al contacto de tanta gota de agua. La lluvia es un verso que se extiende por tiempo indefinido, con mirada y color propio. Pude notar la diferencia con que a algunos nos abraza, aunque valgan verdades, todo nos abraza, desde el tiempo que nos sujeta, hasta algun sentimiento cerezo. El color de la lluvia es instintivo , regresa y vuelve; te induce y sucumbe, pero la lluvia, en mi caso, es una extension de mi pecho que escribe como pendulo lineas desiguales. Amo la lluvia y a sus calidas palabras, que tiritan en un rinconcito que se encuentra a mitad de la calle.

Azul Purpura.

Hay suspiros que te anudan el pecho y convergen solamente en las noches, para ocultarte el color de la luna. A esto le llamo el sindrome de la nostalgia: a una polilla que te llena de orificios el corazon para que deambules con los ojos pegados al techo, en noches como esta. Creo en el tiempo y en sus dedos finisimamente esculpidos, asi como creo en el silencio, que cuenta la esta historia sentado desde su misma esquina. Hay esquinas hasta en los sueños, angulos que giran para recordarte el mismo sueño, que vuelve una y otra vez, cada que cierras los ojos, azul purpura. Mariposa y sueño; inutiles formas que dominan mis palabras desde que era un niño y quien sabe por cuanto tiempo mas…

Huerfano

Mi percepcion involuciona, se aleja de los puntos naturales con el unico fin de recobrar su pasado. El viento es el tiempo y rueda, sin embargo, su sola esencia aprendio a tomar miles de formas. Por ello, mis ojos olvidan y caminan de manera cuadrada, buscandole el cordon umbilical a aun punto. Todo objeto casual, ambiguio u desigual, posee una froma basica, menos nosotros que provenismo del mar, ya que somos materia de agua salada.

SIN TITULO

Se esparcir mis pasos
En tardes fosforecentes
De octubre u abril,
Como soldadito de plomo
En busca de un conjuro
Que me despoje
De lapiel y de las lagrimas
Que no terminan de llover.
Asi voy, casi siempre de lado
Frente al mar
Y a cuanta forma despistada
Me sepa reordenar la mirada,
Por que hay silencios
que aprendieron a abrazarnos los ojos
y latidos que saben orientar nuestros pasos.

domingo, 24 de octubre de 2010

CRUZANDO LA CALLE


A media calle los misterios se desatan. A media calle las palabras crujen, y muy cerquita mío, desde la noche, un destello hace que se me desprendan los ojos. La noche transcurre sencillita, como es ella, sujetándome la razón. El callejón luce empedrado, reflejando el brillo de la luna que acompaña a mis pasos, y a mis sonidos casi huecos. Mi pasado también me acompaña, y aletargado sonríe, con cada unos de los pasos que llego a dar. Voy a duras penas cruzando el trecho, cruzando lo que resta del callejón. La ventanas roídas por las polillas me saludan haciéndome reverencia, como saludando a una criatura que esta a un latido de desvanecerse. Las paredes mohínas del callejón tampoco me son ajenas, por que tambalean, mientras la garganta que tengo bajo el nudo, se ajusta cada vez más, por que el misterio de la noche no sabe como callar. Me tiende la mano la brisa, tibia, muy tibia, sobre un risco de paz. Voy hasta el final del camino, tambaleando y ahora sangrando de felicidad, por que sé, me espera un último sonido muy cercano a la paz.

sábado, 23 de octubre de 2010

PINTANDO ALGUN PAISAJE


Cierro los ojos y observo dentro de mi algún indicio de luz, de crepitación translucida. Tomo un poco de aire, sumergiéndome en un torrente de ideas que idealicen las líneas que pueda parir un sentimiento, ajeno a mí y a mis ojos. Empiezo a trazar líneas finas que apenas y rocen el marco, a influenciar el blanco con una traza de color gris. Imagino la felicidad cabalgando sobre el mar, una tarde de quimeras, que sostengan el invierno de un octubre como hoy y a la luna bien al fondo, con su corona de espinas y su razón de princesa alada. Las líneas ya están fijan y sostienen mi imagen, es momento de precipitar cierta cantidad de versos sobre el papel. El mar es azul, como las cosas claras, y el cielo es su anverso, una mancha que deja arrastrar las nubes. La felicidad es un cuadrúpedo exacto, que tiene el movimiento preciso para dar el paso. El resto de detalles que alimentan mi pincel, vendrían a ser las cosas que en algún momento dije, como el pasado y el presente, imágenes perennes. Cuando solo falta un detalle para terminar, vuelvo seguidamente a cerrar los ojos, y a esperar que un silencio de llene de sonidos el pecho. La pintura esta casi lista, un cordón e ira a decorar la pared.

domingo, 17 de octubre de 2010

MOMENTOS.


la calle conduce mi casa
mi casa, es un colibrí,
yo vivo cruzando la puerta
la puerta del alma,
del corazón ausente
que vive en mi.


No reconozco a nadie
con estos ojos,
vacío vacío!
repite en noches como esta
verdes o azuladas
el señor colibrí.

Nunca aprendí a comprender esto
por eso
nunca aprendí a escribir...

lunes, 11 de octubre de 2010

Canción.


Mis palabras
Vuelan arañando el tejado,
Sin verbo,
Ni nostalgia que vaya volando bajo.
Recurro al señor cuervo
Para que me ate los zapatos
Y al cenicero despertador
Hijo de todas las tardes
Que silba serpenteando el tiempo
Maestro de todos los días.
Amo el verso
Que se ondula en mi cabeza
El tejado
Y mis zapatos.

domingo, 10 de octubre de 2010

Este Corazon.


Olvide la forma que tienen mis zapatos, en algún rincón de mi memoria. Puedo entender esto como el principio del camino que se parece a una flor; no hay más cielo que el que se aparea con la tierra. La materia de la cual se compone este poema, no envejece, solo cierra los ojos y se esparce, cantando una canción de cuna para cuando ya no este. Volviendo a ser yo, cabe resaltar que mi corazón es una maquinita de cuerda que anda hacia delante y hacia atrás, como el sonido de un acordeón. He aprendido con cada sonido que se esparce en mi pecho, a olvidar que estoy hecho de sal, y que mis costumbres dependen de cuanto misterio haya yo desatado. Soy sincero con quien habita dentro de mi, será por ello que solo tiemblo cuando disminuye el frío, y si el tiempo responde preguntas sobre mi, doy un paso al costado y me hecho a andar. Soy sordo a causa de este corazón, que un día, sin más desapareció…

jueves, 30 de septiembre de 2010

COMPILACIÓN

Luz,
Opacidad
Que reposa
En mí.

La calle,
Insecto
Andaluz,
Quietísimo.

Una forma
Que arrastra el pecho
Por el pavimento,
Esta noche
Y otras…

Uniendo:
Un punto +
Un espacio +
Una palabra infinita
Que provenga
De la luz =
Sebastian Walh.

CRUZANDO LA CALLE


Voy por la calle, meditando acerca de cuantos pasos por segundo doy. Cruzo la calle y el viento temeroso, avanza hacia mí, hacia mis costados y hacia mí, y se va. Mientras avanzo, los latidos que me parten el pecho me dicen en sumas, que no. Aquí llueve y bajo el cielo también; las partes más frágiles del tiempo son de cartón. Esa humedad me sacude la piel y me hace avanzar hacia la calle más próxima. Mientras las nubes me abrazan indefinidamente, una casa se parte en dos y yo avanzo, apresurando mis pasos sobre el pavimento. Sin proponérmelo, llegue a ser verde y el verde de mis labios hizo aparecer un árbol, muchos árboles, decorando en un principio la esquina. Quiero seguir, el tiempo es frío y mi tranquilidad se quiebra después de haber acurrucado tantas gotas, pero la melodía que produce puede más. Quiero ser más que un trozo de carbón, una sonata, un acordeón. Así como la luna que guía la tarde, un niño me ve, sacudiendo de sus bolsillos una verdad infantil (…).

sábado, 18 de septiembre de 2010

Once up on a time.


Me sujeto del sol para andar, por que nunca aprendí a desdoblar las piernas, cuando el ancestro lunar que descansa sobre mi ombligo, lo creía necesario. Por ello, viajo desde mis bolsillos, arrastrando luciérnagas e innumerables objetos que descienden de vez a cuando a tomar una taza de café. Las nubes desde aquí, parecen de melocotón y se abrazan a una pendiente finísima de color sutil. Voy acompañado de vientos que se extienden para ayudarme a no caer; voy sobre el tiempo, flanqueando desde arriba cosas que nacen sobre la tierra. De tanto deslizarme sobre el tiempo, crecieron pétalos que se olvidaron de mis brazos y mi pecho se extendió. Vivo aquí, este es mi hogar: una esfera infinita de luces y de palabras que nunca se van. Ahora soy una criatura de pétalos abiertos, que no para de viajar; instintivamente voy por el cielo, dibujando figuras que adornen la tierra y el mar. Hoy voy sobre el mar, con mi traje azul y espina dorsal, para obedecer a mi sed y para poder descubrir de donde proviene la nostalgia. Pasando el mar, pude llegar a la península invernal que se divisa desde lo mas alto de mi casa, allí, el cielo se endereza y toma forma de cascaron…

Como el Mar.


La verdad es un misterio que se describe a si mismo como una figura hecha de sal, que se apodera de tu pecho cuando caminas de espalda al mar. El hecho de mirar hacia arriba, me sujeta a mí y a tu estúpida forma animal, a otro tiempo, noble y disímil argolla lunar que se extiende en el centro exacto donde las palabras nacen. Para no deslizarme sobre el mismo papel, soy un pez con algunos años mas, sorbiendo el viento por entre mis agallas para lograr volar. Esta melodía es una mezcla de arena, agua y sal, todo de textura anfibia, como tus escamas de alquitrán. Soy real, por que ando serpenteando calles que aun no descubren la opacidad de la luz, soy tu brazo izquierdo, tu casa, tu recuerdo postrado e inmortal. Acostumbro ver en mí, unas alas que despeguen furiosas, en tardes color alcaucil. Me gustan los sonidos que se aparean con los de un violín, tienen color, y aprendieron a desarrollar un abrazo casi infantil. Yo soy tú, y tú provienes del sol…

domingo, 18 de julio de 2010

Hiedra.

El corazón idiota de un alfiler
Se canso de andar de puntitas
tres tres
va volteando la esquina,
en la esquina
mil parpados legañosos le pesan
y en este sendero
es casi seguro
que un día se sacara la mierda.
tres tres
va saltando el corazón idiota,
tragando su segunda saliva
para llegar hasta la esquina.
tres tres
va tropezando y cayendo,
tres tres
descansa sobre una piedra llamada hiedra.

Atandome las agujetas...


Se que no soy un hombre muy sociable, ni el mas carismático del mundo, pero trato de hacer mi mejor esfuerzo. Se bien quien soy, y hacia donde estoy yendo, aunque a veces me quiebre y no desee mas que esconderme debajo de mi cama. Tengo muchos motivos para no ser quien soy, pero nadie puede cambiar lo que ya se escribió, por eso es ya no intento ser parte del resto, de todo. Aprendí a no llorar, y a olvidar la última vez que lo hice, sin embargo, se que me esperan muchos motivos mas para humedecerme los ojos. De algo estoy seguro, de darle gracias a Dios por dejarme hacer cosas que imagine muy lejanas, cosas que solo soñaba, por ello, es que me di cuenta de que mis pasos si saben avanzar, y procuro que no aprendan a retroceder. Recuerdo que alguna vez te conocí, recuerdo también que aun te extraño, a ti y a tus palabras calidas. Se que ya no debo; por lógica se debe pensar que lo que te dejo atrás, es de obligación natural olvidar. Ahora se que nunca lo intente de verdad, nunca me lo propuse a conciencia. Siempre estuviste en las manos de alguien más, en los labios de alguien más. Esta vez quiero creer que será distinto, y lo será, por que esta vez soy yo el que dará el primer paso. No me conoce, no cruzamos palabra alguna todavía, y aun así, se que la conquistare. Ella es muy linda y tiene unos ojos grandes y hermosos, como la imagen del sol en un atardecer. Se que aprenderá a quererme, como yo la querré a ella…

sábado, 3 de julio de 2010

Ese Cascabel.

Hay sonidos que no son sonido
como la voz de una caracola
Que solo sabe hablar del mar.

Hay otros sonidos
Que provienen de uno mismo,
Y que solo sirven
Para darnos tonalidad de maniquí,
De piedra que se ondula.

De estas cosas
Solo saben las mariposas morpho,
Que viven centelleando
La casa de los vientos,
En las mañanas verdes del prado.

Hay también
Otros sonidos doblemente tristes,
Con silencio de lámpara
Y mirada de labriego,
De los que nadie escribe.

Cada sonido se divide en dos:
Vertical y horizontal,
En cada uno, una función establece
Con derecho propio sus lineamientos.

Escribiré de dos sonidos
Relativamente curvos, que se cruzan,
Esta teoría deviene del caos,
De la conjunción de mis dedos.

En realidad los sonidos
Solo sirven para contar,
para olvidar
y regresar.

sábado, 15 de mayo de 2010

Cuestiones de amar...

Solo trazo espacios que alimentan en el corazón, el latido propicio. Solo veo al cielo para encontrar la estrella más opaca y en sus ojos oscuros, la humedad necesaria por donde pueda entrar. Solo se dé una versión para romperse el corazón y volverlo a hacer andar. Solo se de mi voz y tu voz, de tus ojos tristes, de tu mirada, la que una vez imagine abrazar. Solo se de ti, tu doble nombre, tu sonrisa que canta, y tus palabras que se acercan y se marchan…

Cuestiones de mar.

En la estrechez del mar, se esconden palabras que tienen que ver con un eclipse lunar. Allí, un tipo silente causa nuevas reformas respecto a con que letras escribir humedad, si en dirección al nado de una ave u al aleteo aéreo de algún pez. En la estrechez del mar, todo sucede. Las historias confabulan episodios a partir de una lágrima, en dirección contraria al viento, u al mar.
En la estrechez del mar, se pierden mis pasos, se ocultan hasta los latidos trastocados de mi corazón y la razón regresa. Aquí y allá parto, encausado en el movimiento etéreo de hacer sonar canción sin voz, de repetir la misma secuencia contando que no estoy.
En realidad hay estrechez sincera y absurda, total y a media luz. En realidad el mar es violeta y congenia muy bien con la luz…

domingo, 9 de mayo de 2010

Definiciones para el azul.

Azul lirio
Azul celeste,
Azul ojo de agua.
Azul martes
Azul claroscuro
Azul iceberg
Azul noche
Azul reloj
Azul azul
Azul frio
Azul sueño
Azul the end........

domingo, 2 de mayo de 2010

La Capilla...

Casi siempre tengo contados los segundos para llegar temprano a la universidad. Mi rutina empieza algo así: me levanto más o menos a las 5: 45 de la mañana, tomo un baño rápido, me cambio, y tomo un vaso de lo que me pongan en la mesa, aunque prefiero el jugo de naranja, es delicioso. Salgo presuroso, tomo la combi que me lleva hasta a la av. América. Hasta allí, no hay ningún problema. Lo que pasa es que para llegar a la universidad tengo que tomar un micro, y este micro es una tortuga sideral, que se alimenta consecutivamente de sardinas hasta reventar, y esas sardinas somos todos. El micro viaja estirando las patas unos días más lentos que otros, mientras el cobrador se disfraza de puerta para no dejar que las sardinas salgan volando de la gran panza de la tortuga y se vayan sin pagar la travesía. Para colmo, hay algo más. En esta panza, acostumbran viajar espíritus chocarreros que confunden cualquier bolsillo, con los suyos. Por eso, ahora tengo más cuidado, por que para experiencias solo basta una, hablo a nombre de mi ipod. Creo que me desvíe un poco de lo que quería contar, bueno, en realidad ese es mi trayecto diario por las mañanas, de lunes a viernes. Sin embargo, siempre hay excepciones. Ayer por ejemplo, me hice tarde y no se me ocurrió mejor cosa, que bajarme de la combi mucho antes de donde acostumbro, para cortar camino hacia la av. América. En ese trayecto hay una iglesia y nunca me fije que al costado, allí nada mas, hay una pequeña capilla, muy linda por cierto. Cuando la vi, sentí algo aquí dentro. Como una necesidad azul de darle gracias a dios por la cosas buenas que me pasan, y sobre todo de pedirle por las personas que quiero, de pedirle también por ti. Es algo que haré de hoy en adelante. Procurare levantarme temprano, para ir hasta esa capilla y rezar aunque fuese un par de minutos, antes de embarcarme en la gran tortuga sideral.

viernes, 23 de abril de 2010

LA PLAZUELA EL RECREO.

Esta tarde veo mi rostro en una gota de agua, que cruza lenta la travesía clariforme del cielo, para dilatar los segundos antes de sorprender al pavimento. Mientras camino en esta tarde somnolienta, que corre sin prisa por las calles de la ciudad, una razón levemente fría me sorprende en una esquina. En la plazuela, es aquí donde entablo conversación con un madero viejo, que da un paso fuera de una casa que se vistió de librería. Debo suponer que aquel madero cumple una función elemental. Aquel trozo seco de madera, sostiene la plazuela, con sus bancas, sus arboles viejos, a la gente que sabe dejar sus pasos y al loco de la agujetas grises. Esta es mi teoría, y no es una deducción sutil de las cosas, sino, más bien, es una interpretación de los tiempos. Veras, un ser, no define su estructura simplemente por cuan largos sean sus brazos, sino por la dificultad con que sus piernas entuman el piso.

lunes, 19 de abril de 2010

Tengo miedo...

Tengo miedo
A los cementerios
Al pan
Cuando camino
Y al sueño
Que asoma las garras
Temprano.

Tengo miedo de mí
Al musgo
Que garúa hoy
Al queso
Y a la madre res.

Tengo miedo y humedezco
Detrás de mí
Lejos
Contado las cifras
De un calendario
Sin tiempo.

domingo, 18 de abril de 2010

Daguerrotipo de un Hielo.

I

Atravesó su propia voz
Y el eco infundado
De un verbo de ultratumba
Un martes
Veintiocho de noviembre de 1987.

II

Impulsó la teoría
Del síndrome de la nostalgia
Basado en
Las lagrimas de un lirio
Y en el recuerdo casi olvidado
De una gripe fugaz.

III

Vive a mil leguas
Corriendo lo más lejos posible
Del mar.

IV

Enloqueció
Por no atarse las agujetas
Como debía.

V

Y murió.

sábado, 17 de abril de 2010

POEsia...

Escribir poesia es casi
como escribir lo que la
gente sueña.... hay quienes
velan el sueño de un arbol
aferrados a su margen
hay tmb
una mosca de esquina
mirandome el vacio...

viernes, 16 de abril de 2010

En cuestiones....

En cuestiones de arrullar una pena, debo confesar que tiemblo. Siempre oculto el lado impreciso de la moneda, en el bolsillo izquierdo para cuando el tiempo oscurezca a media mañana. A pesar de la monstruosidad con la que arremete una gota de lluvia en los más días claros, siempre le rezo a la forma de mis zapatos. Nunca olvido que provengo de una mancha de carbón, oxigeno gris que frecuenta la ceniza. Veraz, un día quise encontrarme conmigo mismo, y no fue posible, mientras otra noche me fue posible hablar con mi voz. Siempre preveo una razón para cada cosa, y evito rozar los objetos que no den a luz...

martes, 13 de abril de 2010

Marioneta.

Arrastra
Lánguidamente su piel
Verso a verso,
Cuadrúpedo
De sentido abstracto
Verde
Como moho de alcantarilla
Saluda
Besa
Y extiende sus dedos
Cancerigenos
Para levantar vuelo.

sábado, 10 de abril de 2010

Una foto vieja...

La pulsera....

que atrasa...

Que atrasa
El reloj atrasa
Atrasa y tiembla.
Que mis botas mojan
Se mojan y rezan
Rezan y regresan.
Que todo
Desliza el viento
Y el viento aleja.
Que soy poeta
Marioneta
Poeta bicicleta.
Que canto
Para no llorar
Y para llorar canto.
Que soy yo
Soy a lo que voy
Que voy, a que voy.
Que vivo feliz
Feliz como lombriz
Como raíz color lombriz.

martes, 6 de abril de 2010

Mis ANTEOJOS.

Dos partes más me complementan
Uno de cada lado,
Corrigiendo el tiempo
Y atándome los zapatos.
Ahora dependo de un instrumento de encaje
A la hora de cruzar la pista.
Ahora puedo distinguir mejor a mi vecina.
Ruedo mejor
Y quizás, hasta pueda distinguir una escalera.

lunes, 5 de abril de 2010

Dilataciones...

Hay tardes que son a partir de un candelabro. Hay señoras viejas que no saben volar. Hay un gato, mi gato, al que nunca le supe poner nombre. Hay un vacío en mi, producto del pez lunar que habita en mis entrañas. Hay caminos que se dilatan, contando el número de pasos de un ciempiés. Hay abrazos tiernos que no terminar de empezar. Hay contados momentos que vale la pena recordar. Hay un sueño que se empezó a escribir. Hay un sentimiento que no supo cerrar los ojos. Hay casas y casas, unas ordenadas alfabéticamente y otras solo numeradas. Hay alguien que cobijo a lo lejos. Hay palabras de callejón que se hicieron verso. Hay un destinto que remoja sus tentáculos en tinta. Hay una esperanza para mí. Hay una lágrima que aprendió a remar sobre la noche oscura. Hay una tristeza que sé, nunca terminara.

domingo, 4 de abril de 2010

Carolina (fragmento)

Le arrancaron los ojos apenas despertó. Le sujetaron de lejos las extremidades para que no fueran nunca más suyas. Le llenaron el corazón de aserrín. Y antes de meterla a su cajón, la perfumaron para que estuviera más presentable. Su casa quedo tal cual, sin ningún rastro de sangre en algún cuadro de la pared, ni nada que delatara el penoso hecho de sangre que aconteció hace solo unos minutos. La taza de té aun tibia sobre la mesita de la sala, crispaba por momentos un argumento que otros ojos humanos de seguro no sabrían como traducir.
No estuve aquí, es cierto, pero sus ojos laten fuertemente en mi pecho despertando en mí gran pena, por que la conocí y nadie podrá negar que me quería y yo a ella. Ahora estoy sentado bajo la ventana de su habitación, viendo como llueve a chorros gotas pequeñísimas que se escurren del cielo para poco a poco inundar el pavimento. Un vacío muy hondo arremete contra mi, y me hace llorar, mientras todo en la casa gira rápidamente, las paredes, el reloj, las sabanas sorprendidas de un imaginario rojo violento, todo. Quisiera devolverle el corazón, y unirle sus bracitos y sus piernas, para verla sonreír una vez más, para hacerla regresar. La quería de verdad, y ahora la extraño como a nadie. Ahora de verdad entiendo como funciona el corazón de un caballito de mar, por que no hay mejor verdad que la que se repite una y otra vez.
Toda ella esta en el baño, dentro una caja de cartón, reposada y acompañada de un sonido que me aturde, y me arroja al centro de la calle. Voy hacia ella, para verla por última vez antes de darle cristiana sepultura en el único lugar decente que se me ocurre, el patio trasero. Abro la caja, y ella sigue allí, desnuda y tan complaciente como siempre fue conmigo. La abrazo por última vez sobre el cartón para llevarla fuera, y aunque no me crean, con ella en los brazos siento lentamente como se me agrieta el corazón, como si un punto infinito extendiera sus ramas dentro de mí para derramar las entrañas de mis entrañas.
Creo que no será necesario hacer un hoyo muy profundo, con un metro bastara. La lluvia me acompaña en este doloroso trabajo de cavar, mientras ella me espera seca, junto a la puerta, donde no le da la lluvia. Tengo la ropa llena de lodo y un olor a arrepentimiento que me paraliza los sentidos. Supongo que esta sensación, se debe al remordimiento de haber hecho lo que hice, pero no, yo no lo hice, yo no fui. Yo la quería demasiado, pero nunca entendí por que su repentino desamor la llevo a acostarse con Paúl Giere, el joven asistente de gerencia, de la empresa donde trabajaba. Fue solo una semana de problemas y separaciones, productos según decía de mis constantes celos, que a decir verdad, siempre creí que fue la única excusa que pudo utilizar para hacer lo que le viniera en gana.

lunes, 29 de marzo de 2010

La Manzana

La manzana que cruje
En un pequeño rincón
De la casa,
Se esconde de mí
Con su profecía
De dieciséis partes.
Yo nunca sabré
Si el hambre es lenta
U si su color
Tiene un nombre.
Sobre la mesa
Se sienta tranquilísima
Esperando un sonido
Que se parezca
A las hojas del viento
Tambaleantes
Para esperar cuando caiga.
Creo suponer
Que dentro de su orificio mayor
Un miedo cercano
Se mezclara con la tierra
Para extender sus brazos,
Un día donde
Ya ni siquiera me acordare de ella.

viernes, 19 de marzo de 2010

Letania.

Mi corazón
Es una maquina que cruje
Hacia delante
Y hacia atrás.

Mi pecho
Conjunción de otras voces
Es una lágrima
Que no estanca.

Mis ojos
Desde hace unos días
Son cuatro.

Mi voz
Un hoyo en la pared.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Corte transversal de una naranja.

La calidad de este espécimen
Flanquea la realidad
Vuela lejos
Espera sentado
Que el silencio reviente.
Renueva sus votos
Sobre el tercio superior
De su pecho,
Camina lejos
Y besa su última casa.
Nunca supo
Dejar de cantar la misma canción,
Pero este espécimen
Acostumbra cambiar de piel
De terciopelo quebrado y alisado
A líneas que no tiemblan.
Tiene dos manos
Un solo bolsillo
Y los mismos pasos
Para poder perderse
Al voltear la esquina.
Una vez le rompieron
La única palabra lucida
De la cual se sostenía,
Entonces cayó
Volvió a ser la misma raíz
Y regreso.
Este espécimen
Acaba de cambiar en el último minuto
Al par de mis agujetas
Viaja
Al par de mis ojos
Me observa.

lunes, 15 de marzo de 2010

Cancion de cuna

Purpura: es cierto que aun me escuchas…
Camelies: si es cierto, pero tu voz se oye muy baja y la verdad es que los colores de este lugar ya no me aturden.
Purpura: me siento raro sabes.
Camelies: raro, por que?
Purpura: por que aun veo tu silueta sentada en la banca del jardín, como esperando que llueva. Por que ya no estas y aun te extraño.
Camelies: aun me extrañas. Pero si hace mucho que desaparecí volando.
Purpura: si lo se. Recuerdo ese día, casi muero.
Camelies: no cambias, siempre fuiste muy trágico. A lo mucho en las cosas de la vida, a uno solo se le pueden quebrar los dedos, no más, luego todo pasa.
Purpura: aun te gusta caminar por la arena, a la orilla del mar…
Camelies: no, ya no. Esas cosas se les dejan a los que solo se dedican a soñar.
Purpura: y la lluvia. Aun te gusta el agua pequeñita, como solía llamarle.
Camelies: no, tampoco.
Purpura: alguna vez me quisiste…
Camelies: por que lo preguntas
Purpura: no se, quizás sea por que aun recuerdo tus manos y tu sonrisa que nunca supo escapar.
Camelies: escapar de que?
Purpura: escapar del sonido que hacia mi corazón, cuando una pena me ahogaba la garganta.
Camelies: bueno, si te quise. Eres un buen tipo, pero sobre todo eres sincero en esas cosas del corazón.
Purpura: gracias.
Camelies: no tienes por que. Aun sigues de poeta, joven saltamontes.
Purpura: si aun. Acabo de comprar una computadora sabes, estoy escribiendo mi primera novela, y ya publique un poemario. Seré escritor y poeta.
Camelies: pero si ya lo eres. Eres un poeta, con todas las de la ley, y uno muy bueno, de los pocos.
Purpura: por que no te quedas esta noche. Acompáñame si, no me dejes solo. Tus palabras siempre me hicieron mucho bien.
Camelies: pero si nunca estuve aquí. Yo estoy donde el invierno crece para alimentar cientos de luces. Estoy lejos de cualquier fantasía tuya, lejos de tu casa de cartón y de tu humilde convicción de caracol.


domingo, 14 de marzo de 2010

Melodias

Canta el avestruz
Al pie del cementerio binario
Recostado y alineado
Recubierto de sus formas redondas
Para atardecer más temprano
Cuando las nubes caigan
O cuando el hambre lo llame.
Canta el perro ladrador
Husmea en los hoyos del prado
En busca del centinela morado
Al que la mirada se le oscureció
Hace más de una semana.
Canta mi gato
Para que no me olvide de él
Sufriendo el paso del agua
Que no sabe más que correr por las tuberías.
Canto yo
Desde mi convicción de humilde caracol
La materia bizca
Que aprendió a no retroceder
La materia que canta
Y espera mientras otros solo ven.

sábado, 13 de marzo de 2010

Ala de luz ( baja, muy baja...)

La casa esta vacía
No hay gato de ruedas
Que asome la cabeza
Para quebrarse desde el centro
Estrepitosamente sobre la sala.
La ventana huyo
Se esparció cantando en francés
Frases hechas de ceniza
Que llegaron a alcanzarme
Más atrás del cuadro de sirenas.
Aquí, este punto inmóvil
Al centro de la casa
Rodea todos mis libros
Y el punto fijo donde me quiebro.
Calmados todo los ausentes
Que bajo el tapete
Se recubre ligeramente mi saliva
Por que no hay fantasma
Que no sepa reconocer el cielo
ni el pasado oculto de la palabra calma.

lunes, 8 de marzo de 2010

domingo, 7 de marzo de 2010

Las lineas de mi casa.

Estoy contento de mi pierna malherida
Por que un candelabro ceniciento
Se adelanta a la mesa, y catalando espera.
Este cuerpo se resuelve en el infinito
Sobre la humedad
Sobre su peso en frío
Con una lágrima y un rosal.
Para caminar me basta no ver,
Por que tengo el corazón de un caballito de mar
Que se estanca
Y que aprendió a caminar al revés.
Como provenientes de una causa noble
Estas manos viven muy lejos de mis pies
De la casa aturdida
El espejismo sentenciado
De los tres panes de bolsillo
Mas a la izquierda, debajo de la línea.
Aun puedo quebrarme
Sino, pregúntale a la realidad,
Que sonríe para enseñarme
De que color se viste la casualidad.
Se que aun hay espacio para soñar
Para regresar
Dos pasos hacia el costado del mismo río
Acompañado de una luz
Que se parezca a la de esta bombilla.

martes, 2 de marzo de 2010

Una canción senil

Hay cosas que inspiran. Desde luego, ciertas cosas encierran un lenguaje propio, que sabe enredarse las piernas para caer tendido estrepitosamente frente de mí. A mi me suceden muchas cosas, hoy por ejemplo llovió mucho en muy poco rato, cosa que no es nada del otro mundo, sino fuera por que después de la lluvia, ya en la noche vi a un tipo caminando con muchos paraguas en los brazos, que de seguro se disponía a vender en plena lluvia, cosa que hubiera sido un buen negocio, sino fuera por que la lluvia no duro lo suficiente como para que su dura empresa rindiera buenos frutos. Ese tipo de cosas me suceden a menudo, por ejemplo, una vez vi a una niña de seis años en medio de una calle muy transitada del centro de la ciudad, y lo distinto fue que la niña estaba sentadita, rodeada de muchísimos juguetes justo en el centro de la calle. Me acerque a ella, extrañado de verla solita allí y le pregunte si la habían dejado sola, y ella solo atino a señalar hacia la otra calle, diciéndome que su mama estaba por allí. Después de eso me di media vuelta para seguir caminando, mientras pensaba en por que la luna era redonda. Es por ese tipo de cosas que los días transcurren encerrados en un espacio lleno de espasmos, tranquilos como la ultima canción que se diluye en la mar, reposada y tranquila, adherida a mi, para no caer, para poder sentir.

lunes, 1 de marzo de 2010

EL BUHO

Hay un viejo búho que duerme en el árbol de la esquina. Y duerme allí por que es lo que yo creo. Siempre he creído que los búhos son criaturas sabias que tratan de conjugar sus ladridos con un tiempo obtuso que no les pertenece, para seguir con los ojos juntos, uno seguido del otro. Debo confesar, que les temo, pero más aun les respeto. Me da la impresión de que si por un descuido me quedara viendo fijamente a uno de ellos a los ojos, este saltaría de su rama y de un zarpazo me arrancaría los míos. Si pudiera evitarlos, lo haría, pero no me es posible, ya que de vez en cuando sueño con ellos, como un sueño repetido que cuenta distintos episodios de una misma historia, algo parecido a los otros dos sueños constantes: el de caminar descalzo, y el de haber repetido el colegio, cosa que a veces creo.

viernes, 19 de febrero de 2010

FORMULA CUANTICA DE LA FE

A veces siento que se me acaban los argumentos, es decir que ya no me queda mucho de que escribir. Aunque siempre procuro fijarme en esos detalles pequeñitos, que a veces se nos acercan y nos miran sin darnos cuenta, como un niño pequeño o alguna palabra que no se vaya con el viento. Escribo solo por el deseo de hacerlo, por la necesidad de encontrar desde mis propias palabras la definición del amor, de la tristeza, de la rabia, y todo sentimiento que pueda apoderarse de mi y de las personas que me rodean.
A veces hago cosas para inspirarme como quedarme quieto, mientras la gente corre camina y conversa, mientras yo los miro. También sucede que por si solo ya estoy sintiendo un enorme vacio que necesita de una pluma y un papel, por que la angustia es grande, más aun cuando estoy rodeado de mucha gente. Eso me aturde hasta el punto de aguarme los ojos y de hacerme correr.
Este fin de semana pensaba hacer algo, y no se por que no se me ocurrió antes. Voy a tomar todas las combis, todos los micros, y todos los taxis que me sean posibles, hacia todas direcciones. Tendré los ojos bien abiertos para buscar esas pequeñas cosas que me rodean, esos detalles que se resuelven cuando su voz retumba en alguna parte de la calle. Es cierto que no tengo mucho tiempo libre, por las tantas obligaciones que tengo, pero la poesía necesita por derecho, su propio espacio.
Hablaba de las obligaciones, y vaya que no me dejan tiempo para mucho, el trabajo absorbe. A veces me he preguntado por que es que escribo, por que me tomo el tiempo de hacer esto, como si no tuviera tantas otras cosas que hacer, y creo que la respuesta es simple: supongo que soy algo distinto. Hago las cosas por que quiero hacerlas, y nunca, pero nunca hago lo que algún grupo hace. Si veinte quiere comer en el restaurante de la esquina y yo en el que esta más cerca, voy al que esta más cerca. El diario que leo sino es Perú 21, es el Comercio, y no algún otro diario que decore su portada con alguna vedette que distraiga la vista, y digo esto por que a la gente le parece raro que alguien joven como yo, compre un diario como esos, según dicen lo hago por que soy intelectual, pero yo mas bien diría que lo hago, por que me gusta aprender.
Creo que tengo razón, cuando digo que la poesía merece su propio espacio. Y no son locuras tomar un avión sin saber a donde llegar, tomar un bus que dice en el parabrisas La Cuesta, solo por la curiosidad de conocer tal lugar y menos aun tomarse el tiempo para mi mas reciente anécdota, la de subir a todo transporte publico que me sea posible, con el firme propósito de conocer hasta el ultimo rincón de mi querido Trujillo. Creo que últimamente estos meses, he estado siendo yo mismo, haciendo lo que realmente quiero, sin el temor de estar haciendo algo mal. Supongo que una fuerza mayor a mi fé, esta siendo participe de todo esto, desde algún lado, desde algún rinconcito susurrador de una voz reciente que cada día se ocupa de mi.

jueves, 18 de febrero de 2010

Fotografia de la ultima Estrella

Primero fue una calabaza.
Segundo, aturdido, una navaja.
Y tercero redondo, como una caracola.

En la ciudad de San Juan Puerto, hay un viejo barrio llamado Quince. Todos sus espacios se saben encoger los hombros para sorprender a algún extraño de lentes, que ose desperdigar sus pasos de la pista a la acera, de manera desordenada.


Dos lunas y un mohín oscuro dentro de una caja de cerillos.

Para la tarde, se oye una voz caer en forma de pera, sin lágrima. Así se escucha más claro los rezos de las sirenas, lejos, muy lejos del muelle de madera y carbón.

Y aquí terminan mis zapatos, con la forma de un reloj despertador.

lunes, 15 de febrero de 2010

Human Nature



He tomado una decisión importante en mi vida y hasta creo que es la más trascendental que he tomado hasta ahora. Dejare que todo fluya, que todo siga su curso, sin más penas encogiéndose los hombros, ni lágrimas que asomen de noche por alguna ventana. Tengo muchas cosas por las cuales empezar a caminar y si me es posible, correr (por que si hay algo de lo que estoy convencido, es que el tiempo se hace cada vez mas corto). De lo que si estoy seguro, es que el tiempo ha menguado la debilidad en mí, para hacerme superar cualquier rastro de sangre en esta pared, por que así es la naturaleza humana, se aprende a andar tanteando la oscuridad.
Sobre lo que tengo guardado aquí dentro del pecho, si es tan real como azul para parecerlo, dejare que se acumule, por todos sus lados. Con trazos rosas, nubes colgantes, y un pedazo de tela parecida a la noche. Aun así, no me quedare callado, por que los sentimientos que asoman la mirada desde la sinceridad, vale la pena hacerlos notar. Hare notar que te quiero, que aun te quiero, con detalles que encierren una palabra tras otra.
Se que llegare lejos, mas lejos que cualquiera que haya salido de una pequeña caja de cartón y cuando eso suceda, no habrá limites para mi, ni para la ultima maravilla olvidada sobre un poquito de basura en una esquina de la calle, también de cartón, por que esa es mi manera de ser…
Solo me queda una última cosa que escribir. Llegara el momento en que yo mismo te buscare para hacerte un poquito mas feliz, no importa la manera, ni el tiempo, ni como te encuentres. Así es mi manera de amar...

domingo, 14 de febrero de 2010

Causas de Alambre.

Una de las cosas que me hacen feliz, sin duda, es la lluvia. Hace tres días que llueve en Trujillo sin parar, como nunca antes había sucedido, al menos no que yo lo recuerde.
Esta mañana me levante temprano para ir al trabajo, como de costumbre. Tome un taxi y me baje más o menos diez cuadras antes del trabajo, solo para darme el gusto de caminar bajo la lluvia. Compre el desayuno en una esquina, avena con tres panes, dos con atún y uno con aceitunas, para llevar por supuesto. Tan solo había caminado cuatro cuadras, y ya me había empapado por completo, como un pollito mojado o como una razón propia de un corazón incapaz de razonar más allá del dolor.
Avanzaba un poco más por la avenida España, con tanta naturalidad, mientras la gente corría y se cubría de una esquina otra, con paraguas y chompas. Yo solo caminaba feliz de que la lluvia se enredara en mí, para encontrarme y reconocer una palabra que se esconde en mi memoria.
La calle era una sola, y las pistas ya se miraban con la acera. En el trance de cruzar la calle, mis pies se hundían hasta los tobillos en el agua que caía de arriba, para no morir, para seguir corriendo.

Solo un detalle regresa de las causas de alambre, para regresar un día próximo, un día que aun espero.

martes, 2 de febrero de 2010

( ..... )

He procurado ocultarle mis pies al mar
Y regresar, dos veces regresar
En un espacio de cartón
De noche,
Cuando el viento estanque
Para no morir
Para estirar los brazos cerca de mí.
Los precipicios que miran hacia al oeste
Se conocen de a pocos,
Para escucharse no les vasta venir
Ni esconderse,
Como aquella noche brillante
Sino, para escucharse,
Basta recordar cuando dejaron de ser nombres,
Así es la última quimera
El tronco que en la arena se quema
Yendo y viniendo
Diciendo volveré, cuando no será así.

domingo, 31 de enero de 2010

Diario diez

Si hay algo en lo que creo, es en los sueños. Puedes estar cayéndote a pedazos, sufriendo mil penas, escuchando la música más triste. Pero mientras tengas un sueño, mientras desees algo con el corazón, tendrás un motivo para seguir en este camino, que muchas veces se hace muy difícil.
Me he caído muchas veces, y todas han sido muy difíciles para mí. Sin embargo recuerdo un tiempo en donde todas las cosas más malas que pudieron sucederme se juntaron. Fue un mes muy difícil, hace un año u dos, ya no recuerdo muy bien, y es mejor así. No recordar con detalles los momentos que lastiman, para no abrir heridas que lo más probable no cierren aun.
Para empezar mi mala racha por decirlo así, me quede sin trabajo después de dejar el empleo de caminante infinito, de los que caminan ofreciendo algo. Lo deje por que ya no cubría mis expectativas, ni siquiera mis gastos más esenciales. Luego de eso ¡buff! como por arte de magia, un hombre desempleado y sin ingresos. Luego, mi abuela enfermo, tuvieron que operarla de un momento a otro, por una complicación de un operación anterior. Esa noche mí tía fue a mi casa, creo que eran las doce de la madrugada, toco la puerta bajito para no despertar a mi mama. Como tengo el sueño ligero, apenas escuche el sonido de la puerta me levante de mi cama y abrí la puerta. Preocupada me lo contó todo, y me pidió llorando que fuera al hospital a verla, para ayudarle a pagar los gastos que fueran necesarios, cosa que acepte, por que se trataba de mi abuela, la mujer que me crió de niño, a la que considero como a mi madre. Me cambie, tome un taxi y fui directo al hospital. Prácticamente, me perdí dentro del hospital, aunque preguntando llegue a dar a la media hora, a la sala donde tenían a mi abuela, la estaban operando en ese momento. El medico me dio una receta, y no me quedo mas que pagar los 140 soles que costaba todo, lo que fue el principio de un gasto mucho mayor. Esa noche dormí allí, en una banca abrazado de un frió intenso.
Por esos días tuve una mala noticia. Del hospital fui a una agencia donde había conseguido un beneficio a manera de media beca, para un programa de estudios, fuera. Había ahorrado dinero haciendo prácticamente magia (dobleteando= dos trabajos) precisamente para ese programa, que me daría una oportunidad para demostrar de lo que puedo ser capaz. Pero no paso, cuando llegue la señorita secretaria me dijo toda sonriente que no podrían darme ese beneficio, y que si deseaba el programa tendría que costearlo de manera total, cosa que era imposible para mi por que lo que tenia ahorrado apenas y era la mitad de lo que tendría que pagar inicialmente ( con el beneficio). Fue una desilusión muy grande. Salí de allí derrotado, como un soldado que perdía una batalla sin haber sido participe de la guerra. Regresaba a casa después de eso, en la combi de costumbre, la B amarilla con blanco, y me paso algo para cerrar el día, saque mi billetera en la combi, para ver no se que cosa y se me cayo! Perdí mi billetera con mis documentos, la tarjeta de crédito, la de ahorros, y cincuenta soles. Ese círculo de maldiciones se cierra acompañado de los últimos días de una relación con alguien a quien quise mucho y a quien le deseo lo mejor siempre.
Aunque tenga los peores recuerdos de esos días, me aferre a lo único que me quedaban, mis sueños. Mis ganas de creer en que todo mejorara en algún momento y vale escribir con letras negritas, lo que una amiga me dijo un día, se aprende a vivir de las cosas difíciles, mas no de la fáciles.

LOS CHIMCHIBILOCOS

En aquel lugar siempre anochecía un poco más tarde y la gente siempre en sombras, rehuía a los sonidos fuertes. Estuve allí un par de días, recogiendo hojas, y velando a los gatos muertos para que no se enfaden desde el más allá con nosotros.
Era un pueblo pequeño, con casas hechas de barro y paja. En los techos, en la parte más alta, todas las casas tenían un animal disecado, a manera de vigilante de sombras, para que les cuidara de los malos espíritus que abundaban por la zona. "Gekko", era el hombre más viejo y lleno de sabiduría que pudiera existir en este mundo, eso decían. Sin embargo el penacho ataviado de plumas que usaba en la cabeza, no le daba más que un aire de pavorreal fantasmal, y apenas y podía soltar más que cuatro o cinco palabras bien pronunciadas.
Estaba solo allí, perdido en un cuento de estrellas intergalácticas de quesos y salsa de limón, rodeado de perros chinos y gente proveniente de un espacio distinto al mío. Eran chimchibilocos, provenientes de la tribu eclesiástica de la estrella del sur, descendientes de Acuelomonon Segundo, el único guerrero que pudo matar un dragón.
Sentí mucho aprecio por su raza, aunque nada es lo que parece, por que pretendieron comerme, así como lo escribo, quisieron degustar mis carnes con especias del lugar. Tuve suerte de encontrar el único camino libre de escombros, para poder huir, por que sin mediar palabra alguna, pretendieron fundir mi cuerpo en salsas de tomates verdes, sobre una brasa de carbón. Fue en ese momento cuando desperté, en mi cama y en una casa de cartón, la mía.

viernes, 29 de enero de 2010

El reloj, mi casa y la prima

Esta, era una tienda de relojes en el centro de la ciudad. Yo recurría a ella cada vez que el mío sufría una suerte de paro cardiaco, que no era más que un desperfecto de nacimiento (desde que fue mío). Apenas sufría uno, iba corriendo con los pies descalzos para ensordecer un pedacito del tiempo mientras llegaba al centro de la ciudad. Algunos creen que estoy loco, pero no, el loco es Lucas.
Mi casa está un poco lejos, bien al fondo, cerca a la esquina, donde voltea mi perro. Vivo solo porque ya no soporto el ruido de las canciones, en especial las de cumbia, a lo mucho escucho el sonido de mi reloj tic tac, sobre todo en los días en que tan seguro de si mismo, me dice que hora es cuando mi panza empieza a hacer sonar una que otra canción, algunas de amor, otras de hambre.
Tengo poca familia, o que me recuerden ninguna. Todos se han olvidado de mi por solo saber en detalle la teoría de la relatividad de los colores que conjugan con el violeta, es raro eso, por que solo explica de donde viene el hombre y de donde le nace el deseo de aparearse. Aunque si hay alguien que recuerdo con gusto y placer, es a la prima fabianita…

martes, 26 de enero de 2010

Un dia despues de aquel ultimo adios..

Trujillo 22 de enero del 2010, buenos dias.

Apenas despertó fijo su mirada en el techo y no encontró ningún motivo para permanecer allí, con el corazón estropeado, como ayer, como de costumbre. Tomo su mochila y la lleno con algo de ropa, solo lo necesario.
Estaba aún con la cabeza enreda por cientos de palabras entrecruzadas y marchitas, recordando que pudo haber muerto la noche anterior, porque con la seguridad de un sabio fijada en la frente, había tomado la decisión de morir. Hubiera muerto la noche anterior, sino fuera porque al momento de tirarse frente al camión (tuvo la precaución de que fuera un camión, para no darle segundas oportunidades al destino), recordó una promesa, la promesa de que sería alguien importante.
Salió de casa con unas comverse como de costumbre, un pantalón negro, una polera con capucha y una gorrita gris (la misma que muchos le dijeron que estaba linda). Paró un taxi, haciendo la señal de costumbre y cuando el taxista le pregunto a donde iba, lo pensó un segundo y luego respondió: al aeropuerto (aunque lo cierto, es que no sabía exactamente a donde es que iría). Estando ya allí, en el aeropuerto, pensó en tomar el primer vuelo que saliera, y así es como fue. Se acerco al mostrador y le pidió a la chica que atendía un boleto a Cajamarca, ella lo miro sonriente y le pidió su nombre, Sebastián Walh, le respondió. Ella lo miro fijamente (aunque el creyó que lo hacía porque era miope), mientras le preguntaba para que hora deseaba su boleto y cuando regresaría. El sin duda no se quedaría por mucho tiempo, era viernes 22 de enero aquel día, así es que le dijo que se quedaría dos días, y regresaría el domingo por la mañana. Aun sonriendo, le entrego su boleto y le dijo que se llamaba Liliana, que le deseaba buen viaje y que espera verlo a su regreso…
Sin duda le ayudo mucho estar dos días fuera de Trujillo, sin embargo, no se percato que aun era viernes (tenia que ir al trabajo), lo bueno fue que ya estaba muy lejos para ir a trabajar. Se divirtió mucho caminando de un lugar otro yendo a Porcón, al Santa Apolonia, a las iglesias, y sobre todo a los Frailones, ese bosque de piedras que pareciera que rozara en cielo. Lo único malo fue que olvido la cámara junto a su cama, un despiste, que al percatarse no le importo mucho. Lo único que valía la pena en ese momento, era estar allí lejos de todo, inmerso en un espacio que distaba mucho del suyo. La gente que conoció merece un espacio propio en otras líneas.
Cuando regreso a Trujillo desde luego tuvo la suerte de volver a ver a linda Liliana, e intercambiar más que unas simples sonrisas. Pareciera que esto será mas que una historia de Sebastian, eso solo el tiempo lo dirá…

jueves, 21 de enero de 2010

UN ULTIMO ADIOS...

Caminaba solo por la calle y una pequeña luz que rompía la oscuridad, se acercaba a él. Se sentía solo, como hace mucho tiempo atrás.Vacío, en un pequeño espacio infinito que guardaba dentro de sí, Sebastián. Ahora se siente mas solo que nunca, ahora vuelve a llorar y vuelve a ser uno con el mar.
Escucha música suave, mientras da un paso seguido de otro, y otro. Tiene el corazón estropeado, y siente que ya solo le sirve para escribir historias que entretengan a otros.
-Maldita claridad de luna, quisiera morir- dice una y otra vez Sebastián, buscando ser atropellado por un auto del color que sea.
El es bueno, eso dicen, pero ya no recuerda como hacer sonreír el corazón. La vida lo ha arrinconado esta noche contra el pavimento de una calle sangrienta, que le hace llorar.
Quiere tomar el celular y llamarle a alguien y decir, “me siento solo, quisiera morir” pero prefiere no molestar a nadie. Solo camina y camina, en la noche cruzada de versos y palabras que no reconocen a nadie. El espera una palabra de aliento, un abrazo o una sonrisa, él quiere arrancarse el alma de un tirón y decir cuan bien esta.
Mañana será un nuevo día, pero no sabe si él estará aun aquí, ni siquiera sabe si un charco de sangre lo despedirá a un lugar mejor. No sabe. Claramente él esta noche, solo busca morir.

Trujillo 21 de enero del 2010, adiós.

miércoles, 20 de enero de 2010

ALBERT FISH.

Simplemente la abrazo, y las lágrimas empezaron a ensombrecer sus mejillas.
-Todo será mejor mañana pequeña- le decía Fish, con la mirada desviada, y ajena, como una criatura hecha de azufre y cenizas.
Su cuerpo pequeño, descalzo y desnudo, conjuraba un hechizo silencioso con una vocecita que se va, para desaparecer, para no sufrir más. La pequeña Amelie sufrió hasta el último segundo, en un mundo que ya no la recuerda, un mundo que se fue.
El dolor se fundió con la sangre que le escurría entre sus piernecitas. Cayo al piso mientras intentaba mantenerse en pie, para escapar e irse volando por la ventana u si dios quisiera para estrellarse contra la acera, desde ese sexto piso.
-¿A donde vas pequeña, acaso no te gusto?- le pregunto la bestia, con su endemoniada voz, mientras se sujetaba los pantalones con el cinturón de cuero que había manchado con la sangre inocente de la pequeña criatura.
Solo tenía ocho años y su carita en ese momento, dibujaba un sufrimiento que va más allá del dolor y de la pena. Se desangraba mientras el olor a azufre en esa habitación, se hacia mas presente que cuando abuso de aquella muchachita de dieseis años.
Ella se quedo tendidita, allí, en el piso, mientras sus ojitos se iban cerrando a la vida, esperando que al despertar apareciera en algún lugar mejor.
-No te vayas a ir aun, iré a comprarte un obsequio- le decía el viejo, mientras abría la puerta y salía de la habitación y salía de la casa…

sábado, 16 de enero de 2010

EL JOVEN WALH.

El joven Walh nació veterano de guerra y poeta, aunque tardo mucho en comprenderlo. Se refugio en luchas continuas de devaneos propios de un saltamontes, para sortear cuanto obstáculo le llenara los pulmones de aserrín. Aprendió a resolver problemas mayúsculos, de cómo y a que hora cruzar la pista, sin ser atropellado.
Fue un gran patriota que se inflaba de orgullo al conocer cada rincón verde, marrón u azul de su país, el Perú. Por ello no se movió de su tierra hasta que ya se sintió preparado para enfrentarse al mundo, con unos cuantos libros suyos que llevaba bajo el brazo. Esto paso cuando ya se había dado por enterado, que lo suyo siempre fue ser un poeta, no por que él lo quisiera, sino, por que algunos nacen ya resueltos como tal. Aunque para él, siempre fue difícil aceptarlo, porque a su parecer un poeta es sinónimo de intelectual y bohemio, y al joven Walh lo segundo siempre mantuvo gran afinidad con lo que él creía que era su vida. Estudio ciencias de la comunicación en una universidad privada, que según algunos entendidos, le costo muchas horas de sueño, ya que el mismo tuvo que cubrir los gastos de sus estudios.
Su primera publicación, mas allá de todo pronostico, sucedió en marzo del 2010, cuando iba en el primer ciclo de su carrera, en un poemario titulado “Azul Cadme”, que se vendió sin mayor éxito en algunas librerías de la ciudad en que nació, su querido Trujillo.
Hasta ahora sin mayor éxito e tratado de sacar de sus propias palabras, que significado o que significa “Azul Cadme”, el titulo de su primera publicación, y su respuesta siempre a sido la misma, que es un color poco conocido. Sin embargo, tengo la certeza de que es un tema de su vida, del que quizás no quiera hablar.

jueves, 14 de enero de 2010

RELIQUIAS DEL ANTEBRAZO.

El murió por que nadie lo quiso. Para quererlo bastaba con cerrar los ojos, simplemente. El nunca quiso ser él, por eso jugaba con los gatos de sus vecinos, y para ser como el resto, a la edad de seis años fue enviado a una escuela estatal. Vivió como el resto de los mortales, en una casa hecha de paja, alimentándose de palabras para cuando sus padres ya no estén. Tenía una abuela a la que quiso mucho por que le enseño sumar con granos de maíz y un perro mascota al que le puso de nombre Piolín, que murió arrastrando su lengua, cuando él tenia ocho años ( nunca mas volvió a ser el mismo). El murió para que otros no murieran por él, por que estaba cansado de esperar.
El corazón se le estropeo en el trayecto de ir y volver, sin saber donde fue. Una vez le sucedió que un puñado de agua casi se lo traga, y otra vez una pequeña chispa le lleno de luces la casa, a partir de esos comienzos empezó a pensar. Se fue refugiando en cosas en que nadie creía, y aun así se bautizo en el nombre del padre, del hijo y de la nostalgia.
El también se enamoró y eso le sirvió para seguir muriendo un poco más. Para suerte, no contó con que alguien le estaba viendo. Comprendió luego, que todo en lo que creía dentro del pecho, lo llevarían a algún lado. Camino mucho y no llego a ningún lado, y eso también le sirvió para seguir muriendo un poco más. Conoció la selva y cuando regreso a ella, ya no reconoció sus hojas. No tenía más tiempo, que para sentarse a recoger sus últimas letras. Volvió a caminar una vez más y espero en silencio mientras algo sucedía, y no llego a pasar nada.
Quiero aclarar para que no piensen que fue un tonto, que el también llego a tener sueños. Quiso dedicarse a hacer cine como Tim Burton. Quiso ser pintor, pero no llego a conseguir pinturas tan delgadas como para escribir historias, tiempo después deseo con el corazón fuera del pecho, ser un gran novelista y allí es donde se quedo, en novelista.
Nadie lo quiso, por eso fue que murió. Dejó escrito antes de partir que si alguien lo recordaba, recordara también llevarle flores y junto a las flores, dejarle una nota escrita diciéndole lo bueno que era, y cuanto lo recordaban. Pero eso tampoco paso.

martes, 12 de enero de 2010

INFOGRAFIA

Es raro que dos sonidos relativamente curvos, se crucen. Esa teoría deviene del caos, de la conjunción de tus dedos.

lunes, 11 de enero de 2010

ENCANTADOR DE PALABRAS

Son las cuatro con cincuenta y seis de la tarde, y esa pequeña parte del espacio se junta con el temor de no saber por que una hoja cae al suelo, depositándose en contados segundos sobre una razón casi justa. Infatigablemente he visto esa imagen, dieciséis veces con las manos juntas. Pienso en esa pequeña maldad, recostada de tu misma manera, calle asfaltada. La avenida España muy justa, me ve pasar todos los días sintiendo que el corazón ya le queda muy grande. Es cierto, ya no regrese al mar, y aun por ahora he logrado esconderle mis ojos de su agua salada. Siendo un encantador de palabras, muchas veces enmudezco, refinadamente silencioso, queriendo encontrar el punto exacto donde una imagen se quiebra. ¿Ves como se encuentra conmigo?, si supieras de cuantos latidos ajenos e salido, renunciarías a tus manos para juntarme con las mías, que han aprendido a volar muy lejos. No quisiera pero aun salgo huyendo del sonidos junto a sus voces, multiplicado por cientos, (me perturba). Soy un encantador de palabras que aun no sabe hasta donde su camino esta escrito, lo que si es seguro, es que detrás de mi casa una vertiginosa montaña a sabido olvidar por donde estuvo escrito su cauce.

domingo, 10 de enero de 2010

CHIQUITITA...



Hace dos dias que he estado mal de la garganta, un poco mudo. Sin embargo, no he podido dejar de imaginar una palabra tras otra, haciendose parte de una historia. Entre esos dos dias e escuchado esta cancion...

miércoles, 6 de enero de 2010

CUENTO DE HOSPITAL

- CAPITULO PRIMERO -

Me miraba silenciosa, tratando de desenredar el nudo que había llegado a estancarse en su garganta, quien sabe por cuanto tiempo más. Me miraba triste, sintiendo lastima de mi, como si estar sin dormir varios días fuera mas triste que vivir en la cama de un hospital. Todo sucedió muy rápido, no se por que, solo espero que esto acabe, que termine por el bien de mi niña.
Haciendo mucho esfuerzo expulsó algunas palabras, que imagino, le rozaron la garganta. Soltó algunas palabras pequeñitas, por el pequeño orificio por donde aun podía respirar.
-Te sientes bien- me dijo.
Había prometido no llorar delante de ella. Había prometido no abrazarme al mar, no dejarme llevar por la tristeza de tenerla tan mal.
-Todo esta bien princesa, solo recordaba.
-¿Segura? ¿Y en que pensabas?- preguntó, con su vocecita de viento que se corta y sus ojitos cerrados por la hinchazón.
-Pues recordaba tus travesuras de niña… Recuerdas aquella vez donde me contaste que habías visto un ángel, tenías siete años, creo. Según tú, esa tarde de lluvia había entrado por la ventana y te dijo que si te portabas bien te llevaría al cielo. Vaya susto que me pegue, me asusté mucho – recuerdas - creí que un ladrón había entrado por la ventana y había amenazado con hacerte daño. Por suerte, no fueron más que ocurrencias tuyas. Tenías una gran imaginación, y la sigues teniendo, por algo no tus cuentos les gustan tanto a los niños. Eres la mejor sabes, la mejor escritora del mundo.
-Buenos tardes señora Márquez- oí decirle al médico, que entró en la habitación sin ni siquiera darme cuenta -veo que Fernanda esta dormida, por eso quiero aprovechar para platicar con usted sobre el caso de su hija, acompáñeme, por favor.
Ni siquiera me di cuenta en que rato se durmió. Ni siquiera puedo distinguir si esta bien u mal, ya. Esto parece una pesadilla de la que quisiera despertar y me siento tan culpable de todo lo que esta pasando, que no hay momento que no le ruegue a Dios que esto termine pronto - esta bien doctor - le respondí con el alma inundada.
Es triste ver pasar los días en un hospital, dormir en una banca o en una silla, con el temor de que algo malo pase en algún momento. Ya llevamos siete días aquí, y aun no logro comprender por completo, todo lo que esta pasando, ni siquiera se con exactitud que es lo que tiene mi hija. Lo único en que han coincidido todos los médicos que la han visto, es en que aun no hay un diagnostico exacto de lo que tiene.
Voy caminando por los mismos pasillos donde he caminado estos últimos siete días, con los pies firmes, frotando mi mano derecha sobre las paredes color celeste gastado, inclinando la cabeza, pensativa, somnolienta, hacia el consultorio del doctor Duran, como lo he venido haciendo, cada vez que hay noticias nuevas, que casi siempre son los mismos signos de interrogación.
- Pase señora Márquez, siéntese- escuché decirle, antes siquiera de acercarme a la puerta.
- Por favor doctor, ¿dígame que esta pasando?- le pregunté, mientras le miraba, con esa cara de tranquilidad, como si nada estuviera pasando, como si mi hija no se estuviera muriendo.
-Tranquilícese señora, le tengo noticias- dijo, tratando de calmarme –lo que su hija tiene, es una enfermedad intersticial, conocida como síndrome de Goodpasture o también conocido como síndrome del pez globo, lo cual es una desviación de una hemorragia alveolar. Este síndrome lo que produce en términos generales, es la hinchazón del cuerpo producto del deficiente funcionamiento de los pulmones, eso quiere decir que su cuerpo no logra expulsar el oxigeno por la vías respiratorias, y más bien lo retiene haciendo que sus extremidades y el cuerpo en general empiece a inflamarse, mas claro, su cuerpo esta empezando a llenarse de aire., hay muy pocos casos similares reportados en el mundo hasta ahora. Lo único que es exacto aquí, es que es una enfermedad congénita, que aparece luego de que el paciente haya sufrido un cuadro de depresión leve u moderada, estaba predispuesta a ello desde que nació.
-Pero cuando nació nadie me dijo nada, doctor-, le refute, como defendiendo la salud de mi hija, en un caso que era mas que inevitable.
-Lo sé, señora, como le dije es una enfermedad muy rara, es imposible detectarla en el nacimiento. La única manera de saber de su presencia, es cuando ya ha tomado el cuerpo de la victima, en este caso su hija.
-Se va a morir doctor, dígame la verdad, se lo suplico- le pregunté, con el rostro y el corazón ahogados por las lagrimas que por tantos días me he negado a sacar. Ya no me es posible contenerme. Ya no me es posible estar un minuto en pie, mi hija se muere y yo no puedo hacer nada, nada.
-Tranquilícese señora, le voy a ser sincero. Lo único que podemos hacer es extraer el aire de su cuerpo con un procedimiento llamado “ Humiparización Invertida” que será dejando un día para evitar el riesgo de lesión en sus tejidos, ya que si sucediera, no quedaría mas que amputarle la parte afectada. En estos casos no queda más que esperar lo peor, no podemos hacer nada más. Le recomiendo que vaya a su casa y descanse, lo necesita, se le ve muy agotada.
- ¿Me pide que me vaya a mi casa, doctor?- le respondí, con una ira propia de quien ya no siente mas que un inmenso vacío, de una pena redonda, de un miedo y una pena juntas.
- Así es señora Márquez, vaya a descansar, ya no se puede hacer mas- me insistió con una indiferencia tremenda, mientras veía los documentos de otros pacientes.
- “Quiere que me vaya mientas mi hija se muere” “quiere que la deje aquí, esperando su muerte” ¡por quien maldita sea me toma! Soy la madre de la chica que esta recostada en esa cama, me entiende. No se quien mierda es usted para decirme que me vaya y que espere que se muera, como quien pierde una mascota. Como padres uno espera que los hijos lo entierren a uno, y no al revés, ¡me entiende!
-¡Tranquilícese señora, tranquilícese señora!- le oía repetir una y otra vez, mientras lo tenia sujetándolo de la camisa, antes de empujarlo detrás de su escritorio. Lo tire, con silla y todo, sin saber siquiera lo que estaba haciendo, sin ni siquiera darme cuenta.
Salí de su consultorio sin mirar atrás, si fijarme en lo que había provocado por mi frustración y mi rabia. Salí rápido, tanto que pareció que en un solo paso ya me encontraba fuera del hospital, en la puerta. No sabia que hacer, ni a donde ir. Lo único acertando en lo que pensé, fue en ir a casa, a cambiarme de ropa, cenar y su fuera posible, descansar, como me lo había pedido el doctor Duran, el medico al que insulté. Esperaba un taxi, mientras secaban las lágrimas que me habían bañado el rostro, lo tomé, y fui directo a casa. No tarde mucho o quizás el tiempo ya no importaba tanto como antes.
Ya en casa, me senté en el sofá, recogí mis piernas y seguí llorando. Lloré como una niña de cincuenta y seis años esperando que las lágrimas se me secaran para regresar al hospital. Fui a la cocina, abrí la nevera y no encontré más que huevos y papas fritas, de las que vienen embolsadas, listas para freír. Prendí la cocina, calenté aceite y me puse a freír las papas, luego los huevos. Los serví en un plato grande que estaba en un cajón y fui a la mesa. Me senté en la segunda silla de la izquierda, frente a la ventana, y llené el estomago, que desde hace dos días lo había ocupado solamente con agua. Fui hacia la ducha, me bañe e inmediatamente, como si una fuerza espiritual quisiera darme más motivos de los que ya tenia para recordarla en caso suceda lo peor, me acerqué a su puerta. Me deje llevar hacia la habitación de Fernanda. Abrí la puerta, entré y lo primero que saltaron a mi vista, fueron sus dibujos. En especial uno de un cerdito con unas alas muy graciosas, color rosa, entregándole un sobre azul a una niña que cuidaba sus vacas en campo verde poblado de cientos de arboles de limón.

sábado, 2 de enero de 2010

CON EL CORAZON...


Empiezan unos días nuevos, unos días donde tendré mucho para dar. Tengo que darte gracias a ti, en quien he empezado a creer, ahora se que me acompañas, ahora se que nunca me abandonaste. Me he dolido mucho y de muchas cosas, pero es bueno saber, que de los tropiezos se aprende, de ellos es que uno aprende a levantarse.
Hace unos días me he comprado un diario color azul, para escribir todas las cosas extrañas que se me ocurren, por cierto, ahora ando escribiendo allí la historia de una enfermedad rara, una donde el cuerpo empieza a hincharse como un globo, por cosas que tienen que ver con los pulmones. Allí también escribiré de las cosas que me sucedan, lo bueno y lo malo, de todos mis planes para este año. Tengo mucho que escribir sin ni siquiera haberlo vivido, mi primer día de universidad, que ya esta cerca, la empresa que pienso formar en marzo, y que voy a formar, de mi primera publicacion, de alguna chica de la que me pueda enamorar, en fin, mas historias que hablen de mi, de mi corazón y de las mil cosas que tengo para dar.
Tengo algo que escribir, en cualquier espacio en blanco: DESEAR CON EL CORAZON. Si quieres algo, ve, sal y consíguelo, esfuérzate y si alguien te dice que no puedes, el tiempo hablara por ti. SUEÑA CON EL CORAZON, recuerda que la vida es un sueño, uno donde con sudor y esfuerzo conseguirás lo que quieres. Tu vida será solo lo que tú quieres que sea. Y ahora, mejor dicho desde hace un tiempo es que tengo una deuda muy grande, una que va mas allá de lo material, una que habla mas allá de algunas monedas. No lo he olvidado, como no se olvida a la única persona que confió en uno.