sábado, 18 de septiembre de 2010

Como el Mar.


La verdad es un misterio que se describe a si mismo como una figura hecha de sal, que se apodera de tu pecho cuando caminas de espalda al mar. El hecho de mirar hacia arriba, me sujeta a mí y a tu estúpida forma animal, a otro tiempo, noble y disímil argolla lunar que se extiende en el centro exacto donde las palabras nacen. Para no deslizarme sobre el mismo papel, soy un pez con algunos años mas, sorbiendo el viento por entre mis agallas para lograr volar. Esta melodía es una mezcla de arena, agua y sal, todo de textura anfibia, como tus escamas de alquitrán. Soy real, por que ando serpenteando calles que aun no descubren la opacidad de la luz, soy tu brazo izquierdo, tu casa, tu recuerdo postrado e inmortal. Acostumbro ver en mí, unas alas que despeguen furiosas, en tardes color alcaucil. Me gustan los sonidos que se aparean con los de un violín, tienen color, y aprendieron a desarrollar un abrazo casi infantil. Yo soy tú, y tú provienes del sol…

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