jueves, 30 de septiembre de 2010

COMPILACIÓN

Luz,
Opacidad
Que reposa
En mí.

La calle,
Insecto
Andaluz,
Quietísimo.

Una forma
Que arrastra el pecho
Por el pavimento,
Esta noche
Y otras…

Uniendo:
Un punto +
Un espacio +
Una palabra infinita
Que provenga
De la luz =
Sebastian Walh.

CRUZANDO LA CALLE


Voy por la calle, meditando acerca de cuantos pasos por segundo doy. Cruzo la calle y el viento temeroso, avanza hacia mí, hacia mis costados y hacia mí, y se va. Mientras avanzo, los latidos que me parten el pecho me dicen en sumas, que no. Aquí llueve y bajo el cielo también; las partes más frágiles del tiempo son de cartón. Esa humedad me sacude la piel y me hace avanzar hacia la calle más próxima. Mientras las nubes me abrazan indefinidamente, una casa se parte en dos y yo avanzo, apresurando mis pasos sobre el pavimento. Sin proponérmelo, llegue a ser verde y el verde de mis labios hizo aparecer un árbol, muchos árboles, decorando en un principio la esquina. Quiero seguir, el tiempo es frío y mi tranquilidad se quiebra después de haber acurrucado tantas gotas, pero la melodía que produce puede más. Quiero ser más que un trozo de carbón, una sonata, un acordeón. Así como la luna que guía la tarde, un niño me ve, sacudiendo de sus bolsillos una verdad infantil (…).

sábado, 18 de septiembre de 2010

Once up on a time.


Me sujeto del sol para andar, por que nunca aprendí a desdoblar las piernas, cuando el ancestro lunar que descansa sobre mi ombligo, lo creía necesario. Por ello, viajo desde mis bolsillos, arrastrando luciérnagas e innumerables objetos que descienden de vez a cuando a tomar una taza de café. Las nubes desde aquí, parecen de melocotón y se abrazan a una pendiente finísima de color sutil. Voy acompañado de vientos que se extienden para ayudarme a no caer; voy sobre el tiempo, flanqueando desde arriba cosas que nacen sobre la tierra. De tanto deslizarme sobre el tiempo, crecieron pétalos que se olvidaron de mis brazos y mi pecho se extendió. Vivo aquí, este es mi hogar: una esfera infinita de luces y de palabras que nunca se van. Ahora soy una criatura de pétalos abiertos, que no para de viajar; instintivamente voy por el cielo, dibujando figuras que adornen la tierra y el mar. Hoy voy sobre el mar, con mi traje azul y espina dorsal, para obedecer a mi sed y para poder descubrir de donde proviene la nostalgia. Pasando el mar, pude llegar a la península invernal que se divisa desde lo mas alto de mi casa, allí, el cielo se endereza y toma forma de cascaron…

Como el Mar.


La verdad es un misterio que se describe a si mismo como una figura hecha de sal, que se apodera de tu pecho cuando caminas de espalda al mar. El hecho de mirar hacia arriba, me sujeta a mí y a tu estúpida forma animal, a otro tiempo, noble y disímil argolla lunar que se extiende en el centro exacto donde las palabras nacen. Para no deslizarme sobre el mismo papel, soy un pez con algunos años mas, sorbiendo el viento por entre mis agallas para lograr volar. Esta melodía es una mezcla de arena, agua y sal, todo de textura anfibia, como tus escamas de alquitrán. Soy real, por que ando serpenteando calles que aun no descubren la opacidad de la luz, soy tu brazo izquierdo, tu casa, tu recuerdo postrado e inmortal. Acostumbro ver en mí, unas alas que despeguen furiosas, en tardes color alcaucil. Me gustan los sonidos que se aparean con los de un violín, tienen color, y aprendieron a desarrollar un abrazo casi infantil. Yo soy tú, y tú provienes del sol…