jueves, 21 de enero de 2010

UN ULTIMO ADIOS...

Caminaba solo por la calle y una pequeña luz que rompía la oscuridad, se acercaba a él. Se sentía solo, como hace mucho tiempo atrás.Vacío, en un pequeño espacio infinito que guardaba dentro de sí, Sebastián. Ahora se siente mas solo que nunca, ahora vuelve a llorar y vuelve a ser uno con el mar.
Escucha música suave, mientras da un paso seguido de otro, y otro. Tiene el corazón estropeado, y siente que ya solo le sirve para escribir historias que entretengan a otros.
-Maldita claridad de luna, quisiera morir- dice una y otra vez Sebastián, buscando ser atropellado por un auto del color que sea.
El es bueno, eso dicen, pero ya no recuerda como hacer sonreír el corazón. La vida lo ha arrinconado esta noche contra el pavimento de una calle sangrienta, que le hace llorar.
Quiere tomar el celular y llamarle a alguien y decir, “me siento solo, quisiera morir” pero prefiere no molestar a nadie. Solo camina y camina, en la noche cruzada de versos y palabras que no reconocen a nadie. El espera una palabra de aliento, un abrazo o una sonrisa, él quiere arrancarse el alma de un tirón y decir cuan bien esta.
Mañana será un nuevo día, pero no sabe si él estará aun aquí, ni siquiera sabe si un charco de sangre lo despedirá a un lugar mejor. No sabe. Claramente él esta noche, solo busca morir.

Trujillo 21 de enero del 2010, adiós.

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