lunes, 25 de octubre de 2010

Azul Purpura.

Hay suspiros que te anudan el pecho y convergen solamente en las noches, para ocultarte el color de la luna. A esto le llamo el sindrome de la nostalgia: a una polilla que te llena de orificios el corazon para que deambules con los ojos pegados al techo, en noches como esta. Creo en el tiempo y en sus dedos finisimamente esculpidos, asi como creo en el silencio, que cuenta la esta historia sentado desde su misma esquina. Hay esquinas hasta en los sueños, angulos que giran para recordarte el mismo sueño, que vuelve una y otra vez, cada que cierras los ojos, azul purpura. Mariposa y sueño; inutiles formas que dominan mis palabras desde que era un niño y quien sabe por cuanto tiempo mas…

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