viernes, 25 de diciembre de 2009

NAVIDAD.

A veces me arrullo, dedicándole mil razones a mí corazón, escuchando que el tiempo cambia de un espacio a otro. En mi casa, esta vez, muchas cosas me han recordado que la sonrisa de un niño, puede escapar muy lejos, recorriendo espacios que antes no supieron llegar a mí. Es navidad, el tiempo donde la tristeza puede tomar vuelo, donde una palabra puede significar tanto. Antes todo era distinto, una piedra no sabía hablar de mí. Un susurro ahora basta para encontrar la tranquilidad con la que vive una gota de agua, es cierto, ahora ya no solo me duelo de mí. Tengo veintidós años yendo de un lugar a otro, viendo los autos, las casas rojas, mis zapatos. Hay gente que escapa, que no huye, que no sabe reconocer el agua de mar en la carita de un niño. Pero si bien es cierto, me da pena, y me da pena escuchar el sonido de unos zapatos gastados, ver una pequeña mano entreabierta, escuchar un ruidito que se asemeja a palabras que aun no saben donde van. Solo él sabe cuanto mas quisiera dar, cuanto mas pudiera dar…

1 comentario:

steýfer dijo...

Wow. Extraño mucho la emoción que antes sentía en navidad. Será que todo se volvió...no sé...rutinario?...monótono?
Navidad! Navidad! Cuándo llegaste?