Sucedió que una noche mis palabras se entumieron, y mi corazon resuelto de grietas se empezó a humedecer de palabras, es por eso que ahora puedo decir que padezco de el sindrome de la nostalgia, gracias.
jueves, 19 de noviembre de 2009
10:34 pm.
A partir de una burbuja, esta noche empezó a hacerse mas pequeña, de su parte estrecha a su luz más parecida a mí. Y escribo que la calle va enredándose y tropezando con mis pies, reduciendo el tiempo que antes apareció de un de repente al despertar. Y no sucumbo a las razones de pecho que también se parecen a una mancha de pared o a una escoba vieja, de una casa muy lejos. Para cambiar esto, basta mirarme de espaldas y cortar alguna razón pegada a la pared. Los días están pasando muy juntos, y se me pegan tanto que escuchan lo mismo que yo, palabras pequeñitas de bordes que aun no reconozco. Esto va tomando menos sombra que el espacio que ocupa mi lápiz, por eso le recordare a la señora de la esquina que Eugenio mañana ya no podrá ver.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario